/La tolerancia en la pedagogía de Paulo Freire: una contribución actual y necesaria en un mundo que odia las diferencias – Heleno Araújo Filho

La tolerancia en la pedagogía de Paulo Freire: una contribución actual y necesaria en un mundo que odia las diferencias – Heleno Araújo Filho

Heleno Araújo Filho
Presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE – BRASIL

El pedagogo y fi lósofo Paulo Freire ganó notoriedad en el mundo cuando a mediados del siglo pasado, en un país en desarrollo como Brasil, periferia de los grandes centros del capitalismo avanzado, produjo un importante método de alfabetización de adultos que, en ese momento, inspiró el propio Plan Nacional de Alfabetización del gobierno brasileño. Unos años más tarde, fue perseguido por el régimen político militar que se estableció en Brasil en 1964, a partir de un golpe de estado promovido por las Fuerzas Armadas brasileñas. Pero ya era tarde: Paulo Freire se proyectó en el mundo y, incluso con su exilio político forzado, sus obras en el campo de la pedagogía y la fi losofía de la educación se han convertido en referencias en muchos países del mundo, incluido el centro global.

Entre sus obras más destacadas, las que conforman la famosa tríada compuesta por „Pedagogía de los Oprimidos“, „Educación como la Práctica de la Libertad“ y „Pedagogía de la Autonomía“ ilustran bien el núcleo del pensamiento pedagógico y político de Freire: el reconocimiento del papel central del estudiante en el proceso de enseñanza Este fue precisamente el gran salto cognitivo y epistémico de la pedagogía de Freire, que se establece a través de una práctica dialógica del propio universo del lenguaje del estudiante. Esta epistemología de la pedagogía en Freire tenía como objetivo principal, desarrollar el reconocimiento de que las prácticas pedagógicas son también actos políticos que nos vinculan a mayores compromisos, más allá incluso del acto de la enseñanza como una mera transferencia de contenidos.

Este eje central del pensamiento pedagógico de Paulo Freire resuena incluso hoy y, incluso después de su muerte en 1997, su compañera y esposa de por vida Ana Maria Araújo Freire, conocida como Nita Freire, produjo su Pedagogía de la Tolerancia. También pedagógica y doctora de educación, reunió una compilación de textos y análisis de Paulo Freire, además de discursos realizados y cartas seleccionadas, que abordaban temas relacionados con la alteridad y las diferencias en el mundo de su tiempo. El conjunto de estas obras seleccionadas ganó absoluta coherencia y unidad cuando Nita Freire decidió, inspirada por su propio marido y compañero de toda su carrera académica, sistematizarlas bajo lo que ella vino a llamar la Pedagogía de la Tolerancia. Según Nita, „(…) el 11 de marzo de 2004, guiado por la razón, la emoción y los sentimientos, tratando de adivinar el título que Paul pondría y, sobre todo, queriendo ser coherente con su lectura del mundo, decidí que este libro se llamaría Pedagogía de la Tolerancia“.

Esta colección de textos reunidos en lo que fue consagrado como Pedagogía de la Tolerancia, los artículos, refl exiones y discursos de Paulo Freire, organizados por Nita, incluso se refi eren a un esfuerzo de este gran pensador para entender un mundo tan plural y cada vez más diverso. En vista de esto, la preocupación de Paulo Freire siempre ha sido que nosotros, como sociedad, podamos proponer una interacción humana en la que, como la profesora Lisete Arelaro ya expresó bien en el prefacio de este trabajo, „(…) la tolerancia como calidad de convivencia con el diferente, no con el inferior (…)“.

En este conjunto de textos de Paulo Freire es posible encontrar debates sobre la cuestión indígena brasileña y también sobre lo que él llamó Africanidades. En este último tema, su discurso y exposición en una conferencia que trató la vida y la obra de Amílcar Cabral, un político marxista y teórico de Guinea-Bissau y Cabo Verde, está incluido en esta compilación de textos. Este es uno de los aspectos más destacados de este exquisito trabajo. En su póstuma Pedagogía de la Tolerancia, Paulo Freire también se presenta como un hombre público y, por qué no reconoce, un gran intelectual orgánico en términos gramscianos: discute la necesaria articulación entre la acción cultural y la ciudadanía, destacando que esta última dimensión humana se refi ere incluso a una construcción eminentemente política. No menos importante, en el tema de la enseñanza/aprendizaje, Paulo Feire refl exiona sobre las importantes funciones de la educación continua en el ejercicio de la enseñanza y el uso de materiales audiovisuales en la educación.

Esta importante contribución de textos hasta ahora no publicados por Paulo Freire contribuye fundamentalmente a todo el trabajo de este pensador que no evitó enfrentar diferencias. Por el contrario, las diferencias y diversidades de nuestro mundo son fertilizantes para la propia pedagogía de Freire, que nos ha cargado y todavía exige una convergencia íntima entre nuestro pensamiento y nuestra acción. El objetivo de Paulo Freire siempre ha sido forjar una convivencia humana fraterna, sin discriminación ni exclusión. Aquí, la dimensión humana de los hombres y mujeres de nuestro mundo solo está plena si se logra la tolerancia como virtud. Y esto, más que nunca, lo estamos pagando en estos días.

Para hacer frente a esta ardua tarea de tratar con lo diferente y, para ello, ejercer nuestra virtud humana de ser tolerante, Paulo Freire nos provoca pensar en el papel de la interdisciplinariedad en la conformación teórica de su pedagogía. Según él, „(…) es muy difícil pensar teóricamente sobre la práctica educativa sin la ayuda de otras ciencias. Básicamente, estoy convencido de que la pedagogía no es una ciencia: no tiene autonomía epistemológica, sino que utiliza las ciencias. El educador debe tener una actitud científi ca desde el punto de vista del rigor necesario con el que se acerca el objeto de su pensamiento y su acción. Para ello, debe servir como contribución de las diferentes ciencias“. Esta extracción del pensamiento pedagógico de Paulo Freire también trae una ruptura con toda la contribución producida por la pedagogía como ciencias educativas porque, hasta entonces, y sobre todo, la pedagogía era vista como un campo de conocimiento humano que enseñaba la práctica de la „enseñanza“. La deconstrucción teórica propuesta por Freire, en el propio campo pedagógico, dio lugar a una nueva forma de ver al estudiante, no como un simple repositorio de contenidos, sino también como un productor de conocimientos en la relación enseñanza/aprendizaje.

Y la gran contribución de esta Pedagogía de la Tolerancia que Nita Freire produjo a partir de los escritos inéditos de Pablo fue ver a los estudiantes a partir de sus propias realidades, y también muy diversos y plurales. Así, la virtud humana de la tolerancia se convierte en una contribución instrumental y metodológica de una pedagogía que se ocupa, a diario, de las diferencias y la pluralidad del mundo. Incluso después de morir, Paulo Freire sigue sorprendiéndonos con sus enseñanzas. Y la Pedagogía de la Tolerancia, que también es de Nita, nos hace más plenamente humanos en nuestra práctica pedagógica.