RABİA ATBAŞ
SINDICATO DE DOCENTES DEL SECTOR PRIVADO • TURQUÍA
Soy una profesora que trabaja en el sector privado. Llevo años haciéndome la misma pregunta en el aula, delante de la pizarra, mirando a los ojos amis
alumnos:
¿Por qué somos tan invisibles?
Hace años que empezamos a buscar la respuesta a esta pregunta. Nos reunimos como profesores que vivimos las mismas condiciones, sufrimos las mismas injusticias y compartimos el mismo amor y la misma esperanza, y fundamos el Sindicato de Profesores del Sector Privado. Desde ese día hasta hoy, defendemos no solo nuestros derechos, sino también el honor de la educación, la dignidad de la docencia y el valor de la educación pública.
¿Por Qué Luchamos?
Creamos este sindicato para ser la voz de los profesores que:
•Trabajan por un salario inferior al mínimo,
•Se quedan sin trabajo durante las vacaciones de verano,
•Trabajan sin concepto de horario laboral,
•Cuando alzan la voz, se les dice que „se les puede sustituir“. Hoy estamos bajo el mismo techo con miles de profesores. En el centro de nuestra lucha está la garantía legal de nuestro derecho al salario mínimo, la eliminación de los contratos de trabajo de duración indefinida y el restablecimiento de la dignidad de la profesión docente.
•No solo queremos „un salario más alto“.
•Queremos condiciones de trabajo dignas, libertad sindical y dignidad profesional.
•Y sabemos que solo lo conseguiremos organizándonos y solidarizándonos.
Las Profesoras: El Doble de
Trabajo, la Mitad de Visibilidad
Para nosotras, las mujeres profesoras, la lucha no es solo económica, sino también una lucha por la existencia. Mientras enseñamos a los alumnos la igualdad y la justicia en la escuela, en nuestro propio lugar de trabajo somos testigos a menudo de la división sexista del trabajo, el acoso verbal y físico, el acoso laboral y el despido de compañeras por quedarse embarazadas.
Muchas profesoras son obligadas por los directivos a realizar más tareas pesadas y a cobrar salarios más bajos, bajo la suposición de que son „más dóciles“, „obedientes“ o „emocionales“. Algunas incluso se ven obligadas a aceptar la baja por maternidad no como un derecho, sino como un „regalo“. Las profesoras, atrapadas entre la carga del cuidado del hogar y la explotación laboral en la escuela, nos esforzamos cada día el doble para mantenernos en pie.
Pero no estamos calladas. Porque sabemos que, cuando las mujeres se organizan, crean la solidaridad más fuerte. Al crear este sindicato, no solo nos propusimos defender el honor de la docencia, sino también la visibilidad y la igualdad del trabajo femenino. Hoy, luchamos tanto en los centros de enseñanza privados como en la calle por la „igualdad salarial por un trabajo igual“ y por un „entorno laboral sin violencia“, para que ninguna profesora se sienta sola en este sector.
Cada día somos más, nos cogemos de la mano y nos apoyamos unas a otras para hacernos más fuertes.
¿Quién Paga el Precio de la
Privatización de la Educación?
La privatización de la educación se presenta sobre el papel como „diversidad“, pero en realidad aumenta la desigualdad. En la actualidad, nos encontramos en un sistema en el que quienes tienen dinero pueden acceder a una mejor educación, mientras que quienes no lo tienen deben lidiar con clases masificadas y recursos insuficientes. A medida que la educación pública se debilita, el trabajo de los docentes se abarata y la igualdad de oportunidades de los estudiantes desaparece. Mientras el sector privado crece, la responsabilidad del Estado se reduce. La educación, que antes era „un derecho de todos los niños“, hoy se ha convertido en un servicio que se ofrece „según el poder adquisitivo de cada uno“. Esto no solo es una pérdida para nosotros, sino para toda la sociedad. Porque a medida que la educación se comercializa, la sociedad se vuelve más injusta.
Entonces, mientras luchamos contra tanta injusticia, ¿qué hace el ministro de Educación Nacional, que debería estar del lado de los docentes? ¿Qué dice ante toda esta violación de derechos? El ministro de Educación Nacional, Yusuf Tekin, describió en los últimos meses a los profesores del sector privado como „personas que han suspendido el examen KPSS“. Y lo hizo delante de los alumnos. Las palabras de un ministro resonaron en el corazón de miles de profesores. Hoy en día, lamentablemente, nos encontramos ante un lenguaje que menosprecia la docencia y no comprende el espíritu de la educación. Si no estuviéramos organizados en el Sindicato de Profesores del Sector Privado, podríamos caer en la desesperanza sin ser conscientes de nuestro valor para esta sociedad. Esta unión nos protege de esa desesperanza. Seguiremos dando clases hasta que el ministro que hizo esas desafortunadas declaraciones vea la realidad. Porque somos profesores. Durante años aprendemos sobre nuestro campo, la pedagogía, la comu
nicación y a comprender a los alumnos. Tenemos mucha paciencia. No nos rendimos. No nos damos por vencidos.
Este enfoque, que ignora el trabajo, el esfuerzo y los conocimientos de un profesor, no solo nos menosprecia a nosotros, sino también a nuestros alumnos. Señor ministro, en la puerta de las instituciones en las que trabajamos hay un cartel que dice „Ministerio de Educación Nacional“. Hoy en día, es su propio ministerio el que concede esos letreros a las instituciones a las que usted denomina „bajo el mostrador“. Es decir, al culpar a los profesores, en realidad está tratando de ocultar su propia responsabilidad. Y mientras dice todo esto, envía a su propio hijo a una escuela privada.
Esta es precisamente la incoherencia que crea la privatización de la educación: Por un lado, una política que menosprecia la educación pública y, por otro, una clase dirigente que se beneficia de los frutos de esa política. Es inaceptable que un ministro de Educación Nacional utilice un lenguaje tan alejado de la pedagogía y tan ajeno al profesorado. Queremos un lenguaje que honre al profesorado, no que lo desacredite. Porque sabemos que el futuro de un país se mide por el valor que otorga a sus docentes.
La democratización de la
educación es responsabilidad de todos
La educación debe ser igualitaria, independientemente de si es pública o privada Los docentes deben tener los mismos derechos independientemente del lugar donde trabajen. Por eso decimos:
• El derecho al „salario mínimo“ que figuraba en la ley anterior a 2014 debe volver a garantizarse por ley.
• Deben crearse condiciones de trabajo seguras para los profesores del sector privado.
• Los mecanismos de control deben ser completos y velar por los profesores.
• Los profesores deben tener voz y voto en la elaboración de las políticas educativas.
• IDeben establecerse mecanismos independientes de control y sanción contra los casos de discriminación, acoso y hostigamiento que sufren las profesoras.
• La democratización de la educación es posible si se escucha la voz de los docentes.
Nuestra Lucha, el Currículo del Futuro
Durante años, se ha ignorado el trabajo de los docentes, calificándolo de „profesión de sacrificio“. Pero ya no queremos sacrificio, queremos justicia.
Queremos recibir la recompensa que merece el trabajo que sostiene la educación.
Nos mantenemos firmes y organizados frente a quienes intentan arrebatarnos nuestro honor. Mientras nuestro sindicato crece y nuestra voz se hace más fuerte, no solo ganan los docentes del sector privado, sino todo el sistema educativo. Porque sabemos que: Cuanto más se comercializa la educación, más se empobrece la sociedad; cuanto más se democratiza la educación, más se libera la sociedad.
Buscamos esa libertad y esa igualdad. Y lucharemos hasta el final con solidaridad, tenacidad y esperanza.










