Cuqui Vera Belmonte
Vicepresidenta del Comité sindical europeo de la Educacion ( ETUCE)
Desde el Comité Sindical Europeo de la Educación defendemos al pro fesorado y a todos los colectivos de la Enseñanza y dignificamos su trabajo. Sin embargo, esta reivindicación no es compartida por los responsables políticos del ámbito educativo como nos gustaría, ya que las palabras y las declaraciones hay que transformarlas en acciones concretas y mantener el compromiso con la profesión docen te reimaginando y transformando la comprensión del profesorado y el valor de su trabajo en los entornos y contextos más difíciles.
Si no se apoya y reconoce suficien temente al profesorado, el acceso a la educación y el aprendizaje de los ni ños y las niñas más vulnerables, no se alcanzará el Objetivo 4 de los ODS.
Una educación de calidad desarro lla el talento y la creatividad de los seres humanos, contribuyendo así al desarrollo personal y profesional del individuo, así como al desarrollo social, cultural, económico, político y medioambiental de la sociedad en su conjunto. Promueve la paz, la de mocracia, la creatividad, la solidari dad, la inclusión, el compromiso con un medio ambiente sostenible, y el entendimiento internacional e inter cultural. Proporciona a las personas el conocimiento, las habilidades y destrezas fundamentales para con ceptualizar, cuestionar y resolver los problemas que se producen tanto a escala local como mundial. Los Go biernos elegidos democráticamente, ya sea a nivel local, regional o nacio nal, deben ser los garantes y los prin cipales prestadores de los sistemas educativos. Estas administraciones educativas tienen la responsabilidad fundamental de garantizar que una educación libre y de acceso universal disponga de los recursos adecuados y sea constantemente actualizada y desarrollada. Recaudando fondos por medio de una fiscalidad progresiva, pueden y deben invertir en la edu cación una parte sustancial del pre supuesto del Estado, que represente como mínimo 6% de su Producto In terior Bruto. Dicha inversión deberá garantizar el desarrollo equilibrado de todos los sectores educativos, des de la educación infantil a la educación superior y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Los gobiernos en coope ración con las y los docentes, deben supervisar y regular el sector de la educación con el objetivo de mejorar constantemente su calidad, y estable cer y aplicar un marco legislativo que garantice un servicio de alta calidad, normas profesionales, acceso para todos y un sistema representativo de gobernanza.
En definitiva, las autoridades públi cas son responsables de la financia ción, provisión y regulación de todas las instituciones educativas. Los valo res sociales de la educación requieren que estos gobiernos protejan el sector educativo del programa neoliberal de privatización y comercialización. Este nefasto programa incluye la mercantilización y el comercio en la educación y la propiedad intelectual, la precarización del empleo en el sec tor de la educación, la aplicación de modelos de gestión del sector priva do en las instituciones educativas, la privatización de las prestaciones, y la intrusión de motivos de lucro o inte reses empresariales en la gobernan za de las instituciones educativas. La emergencia de un “mercado” mundial en la educación, que se ha iniciado en la educación superior está ahora invadiendo prácticamente todos los sectores educativos, plantea una se rie de riesgos potenciales a la misión docente y de investigación de las ins tituciones educativas.
Se necesita un fuerte lazo de soli daridad internacional para brindar apoyo en situaciones donde el Estado no tiene la capacidad de proporcionar una educación de calidad para todos. Esto resulta esencial para alcanzar los ODS. Estados o territorios con sis temas políticos débiles, estados falli dos, estados afectados por conflictos violentos o desastres naturales, terri torios en disputa o regiones con un Gobierno no democrático, requieren ayuda y asistencia internacional pa ra establecer sistemas de educación integral vitales para su desarrollo so cial y económico.
Dicha ayuda deberá desplegarse en estrecha cooperación con las organi zaciones y estructuras locales ade cuadas, incluyendo los sindicatos y organizaciones representativas de los trabajadores y trabajadoras de la edu cación. La responsabilidad de las au toridades públicas respecto a la edu cación también incluye la ratificación, implementación y supervisión perió dica de los convenios y reglamentos internacionales en materia educativa. Estos incluyen los siguientes: la Decla ración Universal de los Derechos Hu manos, 1948; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1966; la Convención de la ONU sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, 1979; la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, 1989; la Recomendación de la OIT-UNESCO relativa a la situación del personal docente, 1966; y la Reco mendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior, 1997. Esa res ponsabilidad se extiende también al respeto de los derechos del personal de la educación, conforme a lo previs to en el Convenio 87 de la OIT sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948; el Convenio 98 de la OIT sobre el dere cho de sindicación y de negociación colectiva, 1949; el Convenio 111 de la OIT sobre discriminación (empleo y ocupación), 1958; la Declaración de la OIT sobre principios y derechos fun damentales en el trabajo, 1998; y la Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equita tiva, 2008.
Por otro lado, es importante des tacar en este artículo la perdida de derechos humanos en la que nos en contramos en un mundo globalizado.
Los derechos humanos son universales e inalienables, interdependientes e indivisibles, e implican tanto derechos como obligaciones.
Desde el Comité Sindical europeo de la Educación (ETUCE) afirmamos que todas las personas de todas las naciones deben vivir en paz, a salvo de guerras y conflictos, libres de vio lencia y explotación, y disfrutar de una cultura de respeto hacia sus dere chos humanos en aras de la democra cia, la justicia social y la igualdad. Las reglas, las normas y los compromisos relativos a los derechos humanos han de mantenerse y promoverse cons tantemente por medio de la acción co lectiva e individual y es por ello, que colaboramos con las instituciones y organizaciones europeas que sean necesarias para proteger los dere chos humanos, entre ellos el derecho a una educación pública gratuita y de calidad y garantizar su desarrollo en todos los contextos políticos que estamos viviendo en toda la región europea.
Los gobiernos deben desarrollar programas específicos y ayudas diri gidas a estas niñas, niños, adolescen tes y jóvenes, que permita compensar las dificultades socioeconómicas a las que se enfrentan, y establezca una línea de financiación específica desti nada a la atención de las y los meno res más vulnerables.
La escuela debe preparar a las ni ñas, niños adolescentes y jóvenes para la paz y no para la guerra, y eso significa que estamos obligados a desarrollar políticas educativas que apuesten por el interés superior de los y las niñas, que se tengan en cuen ta sus decisiones, aunque no estén en su país de nacimiento, que puedan ejercer sus derechos sin discrimina ción, porque tienen derecho a vivir, a sobrevivir y desarrollarse, y eso solo pasa por la educación.
Es por ello, que son fundamenta les y necesarios todos los recursos prácticos y propuestas pedagógicas para trabajar en el aula el derecho a la educación en contextos de crisis y conflicto, como viene haciéndose en el marco de la Campaña Mundial por la Educación, garantizando que el acceso a la educación es clave para la resiliencia, la paz y la justicia social, en un mundo donde las guerras, el cambio climático o los desastres natu rales , afectan a millones de niños y niñas en todo el mundo.+
Y continuando con la necesidad de tener una educación democrática poniendo en valor los derechos hu manos, es importante recalcar que es urgente educar a la infancia y ado lescencia para ser ciudadanía activa con un enfoque de género y de dere chos, que comprenda su capacidad de movilizarse y cambiar la realidad. El proceso educativo permite descubrir mediante el conocimiento y la re f lexión, el diálogo, e incluso a través del juego, cómo afectan las dinámi cas globales económicas y políticas a la forma de vida de las personas y al cuidado del planeta, promoviendo la participación en redes comunitarias dentro y fuera del espacio local. Im pulsar intervenciones transformado ras que den respuesta a las necesida des educativas, persiguiendo además de resultados curriculares, generar cambios hacia sociedades más justas, inclusivas, respetuosas con el medio ambiente y generadoras de paz es cla ve.
En definitiva , desde las administra ciones educativas se nos pide a las y los docentes que desde la escuela de bemos fomentar la educación demo crática, enseñar a resolver conflictos de manera pacífica, a valorar la opi nión del otro, a construir acuerdos colectivos, a prevenir prácticas discri minatorias, autoritarias o violentas, a fortalecer una cultura de paz y a formar personas críticas, empáticas y comprometidas como futuros ciuda danos y ciudadanas con una sociedad más justa e inclusiva.
Se nos pide todo esto y más… por eso desde la organización que repre sento, el Comité sindical europeo de la Educación exigimos que nuestros gobiernos lleven a la práctica políti cas educativas para hacer realidad las metas educativas del ODS4, sin olvi dar que los verdaderos protagonistas que hacen realidad estos desafíos, son los y las docentes.
Sin ellos, es imposible. Que no se olvide nunca.










