/La migración, el desplazamiento forzado y el refugio una mirada hacia América Latina – Mauricio Salazar

La migración, el desplazamiento forzado y el refugio una mirada hacia América Latina – Mauricio Salazar

Mauricio Salazar
ALEMANIA

La convención sobre el Estatuto de los Refugiados cumplió 70 años, un motivo para celebrar la solidaridad, la protección de la vida, pero también para hacer una reflexión crítica sobre los cambios necesarios y formular nuevas reformas al Estatuto, que respondan a los retos actuales.

El Estatuto de los Refugiados fue redactado despues de la segunda guerra mundial, las razones y causas descritas en el para dar asilo, eran en aquel entonces muy necesarias, para resguardar la integridad y las vidas de los perseguidos políticos, desplazados y víctimas de la guerra. Mas actualmente se requiere una revisión, para poder dar protección y asilo a millones de personas, sin ser criminalizados y estigmatizdos.

La actual situación en lugar de proteger, obliga a las personas a poner su vida en riesgo.

Millones de personas se ven obligadas actualmente a huir de sus países de origen, mas muchas veces por razones que no contempla el Estatuto de los Refugiados, como son el cambio climático y los fenómenos naturales que se dan a través de ello causando sequías, incendios forestales y huracanes, dejando sin perspectiva de vida a millones de personas.

Pero también la situación de violencia extrema por razones sociales que tiene impactos diferentes y complejos, como son los de género.

Los megaproyectos juegan también un papel importante en el desplazamiento forzado de millones de personas.

Esta situación de falta de perspectiva para muchas personas, genera conflictos que conllevan a situaciones de guerra, violencia extrema y la ruptura del tejido social, generando un clima de miedo y desconfianza.

La mayoría de las personas que tienen que huir, son desplazados internos, una situación que se tiene que tomar en cuenta, para tomar medidas y las estrategias de cambio necesarias. Colombia es por ejemplo el país con más desplazados internos en el mundo despues de Siria1.

Las Naciones Unidas declararon en el 2020 la cifra más alta de personas que tienen que huir de sus países de origen, con 82.4 millones. Una situación que seguirá en aumento no solo debido a la violencia, las guerras y los conflictos, sino por otras razones que responden a una complejidad global, como el cambio climático y las catástrofes naturales.

Esta situación y la falta de perspectivas afecta sobre todo a mujeres, jóvenes y a menores.

El número de refugiados es de 26.4 millones de personas, de los cuales 20.7 millones están bajo el mandato del ACNUR (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados).

La mayoría de las personas en movimiento son desplazados internos con 48 millones de personas y se encuentran dentro de las fronteras de sus propios países, en una situación muy compleja, de pobreza e indefención, una situación de violencia extrema.

En Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras) hay 470.000 refugiados y solicitantes de asilo registrados alrededor del mundo. Las personas afectadas por esta situación son cada vez más jóvenes, el 66% de los 71.500 desplazados internos en El Salvador son niños y niñas y el 57% de los 247.000 desplazados internos en Honduras son niños y niñas2

La situación de violencia en ciertos países, como en Venezuela ha provocado que 4 millones de venezolanos hayan huido y se encuentren en otros países de la región.

En muchos países son estigmatizados y se les hace responsables de los problemas sociales y políticos, donde aumenta el odio y la violencia.

En Colombia esta situación y el mal manejo de los acuerdos de paz han generado un clima de rechazo hacia la migración, sobre todo de Venezuela, mas Colombia sigue siendo el país que mas venezolanos ha recibido.

Esta situación de rechazo es global y se refleja en las políticas de cierre de fronteras, y la militarización de las fronteras.

Esta situación contrasta con un aumento considerable de los flujos migratorios y con un panorama migratorio cada vez más complejo y heterogéneo.

El perfil de las personas migrantes a nivel mundial se ha diversificado enormemente, tanto desde el punto de vista de género, etnicidad, edad y niveles educativos. Si consideramos América Latina, en los últimos veinte años, observamos una creciente feminización de las migraciones; la presencia cada vez más importante de los pueblos indígenas en la movilidad no solamente transfronteriza sino también hacia el Norte global; la migración cada vez más numerosa de niños y adolescentes que emprenden su desplazamiento sin sus padres o madres; y también un crecimiento exponencial de las migraciones calificadas.

Esto ha significado un aumento de la vulnerabilidad y la fragilidad de los derechos de las personas migrantes, quienes se enfrentan a las políticas de rechazo y a una creciente indiferencia a las causas que producen su desplazamiento.

Los motivos para migrar como ya se menciono se han diversificado:

La migración por motivos económicos, que predominó en la segunda mitad del siglo XX, se ha sumado el desplazamiento forzado por las diferentes causas; violencia política y social, guerras, desastres naturales o el avance de las economías extractivistas.

En América Latina, la salida de personas en busca de protección internacional, desde Colombia, Guatemala, Honduras y El Salvador, por ejemplo, se ha convertido en verdaderos éxodos. A nivel global, de acuerdo con la ACNUR, el número de desplazamientos forzados alcanzó la cifra de 65,3 millones de personas.

La dirección de los flujos migratorios también ha variado mucho. Por ejemplo, en América Latina, hemos pasado del predominio de una migración Sur-Norte, hacia Europa y Estados Unidos, a una intensificación de los desplazamientos intrarregionales y, sobre todo, a la emergencia de migraciones extra continentales, desde África y Asia, muchas de ellas en tránsito hacia Estados Unidos, o hacia Brasil o Argentina. La presencia de migrantes cubanos, haitianos, ecuatorianos, centroamericanos y provenientes de varios países africanos o asiáticos, recorriendo todo el continente para llegar a la frontera México-Estados Unidos, provocó en 2016 y 2017 una respuesta regional uniforme de cierre de fronteras, vulnerando severamente los derechos que deben ser reconocidos a los migrantes en tránsito. En México viven los migrantes una situación de abusos y terror debido a la falta de una política migratioria en pro de la movilidad. Esta situación es producto de las políticas restrictivas y homogéneas, que son contrarias a las realidades migratorias cada vez más complejas, se ha multiplicado la situación de irregularidad de un alto número de migrantes en América Latina y el mundo. Millones de personas son obligadas a usar rutas clandestinas para cruzar las fronteras, en donde sufren violencia extrema y muchas veces encuentran la muerte. Desde el Mediterráneo, que enterró a más de 5 mil migrantes en el año 2016, hasta Arizona, donde han desaparecido centenares de seres humanos de migrantes tragados por el desierto. las geografías de la violencia migratoria se van multiplicando por el planeta. Esta condición violenta del cruce de fronteras permanece en los destinos migratorios, donde millones de personas en busca de seguridad y una pespectiva de vida enfrentan precariedad, explotación laboral y con frecuencia la deportación.

Los desplazamientos humanos constituyen uno de los grandes desafíos globales, que nos interpelan a todas y todos. Mientras tanto, cada vez más personas y familias, en todo el mundo, siguen resistiendo y construyendo proyectos de vida en la migración, como lo han hecho muchos otros durante siglos.

Asumamos de verdad los retos de la migración y hagámosla más humana. Para que una vida en dignidad sea posible para todas y todos.

 

  1. https://news.un.org/es/story/2020/06/1476202
  2. https://www.acnur.org/