/Reflexión sobre la Conferencia Continental sobre Democratización y Decolonización de la Educación*

Reflexión sobre la Conferencia Continental sobre Democratización y Decolonización de la Educación*

Prof Martha Matashu
Facultad de Educación Universidad del North West – SUDÁFRICA

Tal vez la realización de la Dignidad Humana como base de los derechos humanos en la mayoría de los países africanos y más allá de sus fronteras podría materializarse a través de la extensión del Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas en 1948. La mayor parte de las constituciones de los países africanos enriquecen los derechos a la educación en las Declaraciones de Derechos, en cumplimiento de los tratados internacionales. Aunque la mayoría de los países africanos han asumido la obligación de garantizar el derecho a la educación como derecho socioeconómico, las realidades observadas demuestran que muchas personas viven en condiciones inhumanas y degradantes, agravadas por profundas desigualdades, pobreza, violencia, disturbios, desempleo, distribución desigual de la riqueza, etcétera. Por consiguiente, la conceptualización ideológica, filosófica y epistemológica de las pruebas convincentes de la represión de la universalidad de los derechos humanos y de la negación brutal de la dignidad humana inherente a los mismos hace un llamamiento en favor de la extensión del derecho a la educación a un nivel justo, garantizando así el reconocimiento y la aceptación universales de la naturaleza dual irrenunciable del derecho a la educación como derecho de primera generación, derecho fundamental y valor intrínseco en la promoción de la dignidad humana como núcleo de todos los demás derechos. En adelante, la ampliación del Artículo 26 de la DUDH también permite imponer al Estado la obligación perentoria de proteger, respetar y hacer efectivos los derechos a la educación. La represión de la dignidad humana consolida las desigualdades entre generaciones, por lo que la extensión del Artículo 26 podría quizás devolver la dignidad como respeto a la humanidad.

Las realidades concretas de la negación de la dignidad humana tienen un profundo efecto directo sobre el valor de la persona individual y acentúan las desigualdades entre generaciones en la sociedad.

* Este artículo se publica simultáneamente en
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