/PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN Y DE LOS PROFESORES DE TURQUÍA – Dr. Erkan AYDOĞANOĞLU

PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN Y DE LOS PROFESORES DE TURQUÍA – Dr. Erkan AYDOĞANOĞLU

Dr. Erkan AYDOĞANOĞLU
Experto de Capacitación en EĞİTİM-SEN, Sindicato de Trabajadores de la Educación y la Ciencia,- TUR QUÍA

La República de Turquía, tras su fundación en el año 1923, adoptó como ejemplo el mundo occidental y un modelo educativo basado en la enseñanza laica y científica. Se clausuraron las escuelas religiosas, se suprimió la educación separada por sexos, se implantó la coeducación y se adoptó un enfoque científico laico en el sistema educativo. Las intervenciones de religiosización del sistema educativo en el que las asignaturas religiosas eran optativas y predominaban las de ciencias y cultura fueron frecuentes, pero su impacto en el sistema educativo fue limitado hasta la década de 1980.

El proceso de religiosización de la educación en Turquía se puso en marcha tras el golpe de Estado del 12 de septiembre de 1980. En el proceso de estructuración del sistema educativo de acuerdo con la ideología oficial del 12 de septiembre, «Síntesis Turco-Islámica », la implantación de clases obligatorias de religión desempeñó un papel importante y se obligó a todos los alumnos a recibir clases de religión. Las comunidades y grupos religiosos, apoyados de forma abierta o encubierta, se extendieron rápidamente, y los cursos de Corán y las escuelas Imam Hatip (escuelas religiosas) dieron pasos importantes y eficaces hacia la religiosización de la educación en Turquía.

El sistema educativo turco ha sufrido una transformación importante y radical, sobre todo desde 1980, con el impacto de las políticas „orientadas al mercado y a la religión“ adoptadas en todos los ámbitos. En este proceso, se ha intentado crear un sistema educativo totalmente orientado al mercado en uno de sus aspectos y a la ideología conservadora religiosa en el otro, que es determinante en el significado y la función de la educación y la crianza de los niños.

SITUACIÓN GENERAL DE LA
EDUCACIÓN EN TURQUÍA
En Turquía hay 17,5 millones de estudiantes de enseñanza formal (pública + privada). Entre los 75019 centros educativos, 60.734 son estatales (81%), mientras que 14.281 son privados (19%). El número de alumnos que estudian en escuelas públicas es de 15 millones 887 mil 296 (80%), mientras que el número de alumnos que estudian en escuelas privadas es de 1 millón 670 mil 729 (8%); El número total de estudiantes de enseñanza abierta es de 2 millones 346 mil 654 (12%).

Las oportunidades educativas en Turquía difieren mucho en función del estatus socioeconómico. La infraestructura y la calidad de la educación en las escuelas rurales suelen ser inferiores a las de las escuelas de las grandes ciudades. El sistema educativo crea una competencia excesiva y una presión de exámenes entre los estudiantes. Esto lleva a los estudiantes a preocuparse sólo por los exámenes y a no desarrollar suficientemente sus competencias para el mundo práctico.

Los recursos públicos se transfieren a las escuelas privadas a través de diversos incentivos, como resultado de las políticas comercialistas y competitivas adoptadas por el gobierno en materia de derecho a la educación y acceso a la misma. La parte que corresponde a la educación privada dentro de la educación formal en Turquía pasó del 1,9% en 2002 al 9,3% en 2023. La proporción de escuelas privadas con respecto a las públicas ha alcanzado el 24% por primera vez en la historia.

Pese a que se trata de pasar por alto los problemas de la educación, que se han convertido en estructurales, el problema de la educación sigue figurando entre los problemas prioritarios de la población, después de los problemas de la economía del país. En Turquía, especialmente en las zonas más pobres, los niños van a la escuela con hambre y su desarrollo físico y mental no es saludable por falta de una nutrición adecuada. Por otra parte, los niños y los jóvenes no pueden beneficiarse del derecho a la educación en igualdad de condiciones. Los problemas de acceso a la educación siguen existiendo para las niñas y los niños que viven en zonas rurales, especialmente para los hijos de familias pobres y obreras.

Durante el año escolar 2023/24, se profundizaron las desigualdades regionales, sexuales, clasistas, etc. en la educación, los niños y los jóvenes no pudieron beneficiarse del derecho a la educación en igualdad de condiciones, y siguieron existiendo los problemas más fundamentales, como los problemas de acceso a la educación y la educación en la lengua materna. Han pasado más de 15 meses desde los terremotos del 6 de febrero, pero aún no se ha encontrado una solución definitiva a los problemas de la educación en la zona del seísmo.

La diversidad étnica, lingüística, cultural y religiosa del país casi no se refleja en los programas educativos ni en los libros de texto. El planteamiento monista que se adopta en el sistema educativo y en la vida social, sigue ignorando de manera persistente las diferentes creencias, lenguas, identidades y sectas y hace caso omiso de ellas y de sus reivindicaciones. En Turquía, las desventajas de las niñas, los niños refugiados, los niños con diferentes lenguas maternas, los niños con discapacidades y los niños bajo protección temporal siguen aumentando día a día por diversas razones.

En concreto, los niños con autismo y otros niños que precisan educación especial, así como los niños de refugiados, se enfrentan a menudo a prácticas discriminatorias y excluyentes. En Turquía, los niños sufren a menudo discriminación por motivos de origen étnico, lengua, religión y secta, debido al plan de estudios, los libros de texto y las prácticas del sistema educativo. Las prácticas discriminatorias especialmente contra los niños refugiados, los niños con diferentes identidades étnicas y las diferentes sectas han aumentado en los últimos años.

En Turquía, como consecuencia de la pobreza masiva imperante en los últimos años, las familias que viven por debajo del límite del hambre se trasladan a otros distritos y barrios porque no pueden pagar el alquiler, y la educación pasa a un segundo plano para las familias. Asimismo, la demanda de tasas de matriculación, los problemas de nutrición y de transporte, el aumento de dos a tres veces de los precios de la papelería y los uniformes influyen en el aumento del absentismo escolar. En los últimos años, a raíz del fuerte empobrecimiento de la clase media, muchos padres que antes enviaban a sus hijos a escuelas privadas empezaron a matricularlos en escuelas públicas. Se acentúa la desigualdad entre las familias que pagan matrículas o donativos y las que no pueden pagarlas, y las diferencias socioeconómicas dentro de la misma escuela e incluso dentro de la misma aula provocan un aumento en el número de alumnos que abandonan los estudios.

Turquía ocupa el primer lugar en pobreza infantil entre los países de la OCDE. El rápido aumento de la pobreza en Turquía ha afectado primero a los niños más vulnerables. En Turquía, actualmente uno de cada cinco niños se enfrenta a una gran pobreza y no puede acceder a alimentos suficientes y nutritivos.

Se conoce que los hábitos alimentarios saludables son sumamente eficaces no sólo en el crecimiento y desarrollo de los niños, sino también en su éxito escolar. Los niños que tienen una alimentación insuficiente y desequilibrada tienen una menor capacidad de atención y percepción, pueden desarrollar dificultades de aprendizaje y trastornos de conducta de vez en cuando, y su rendimiento escolar puede disminuir significativamente debido a estas y otras razones similares.

Durante el gobierno del AKP se han intensificado las prácticas de conformar la educación según normas y referencias religiosas, tanto en el contenido como en la forma. Durante los últimos años, han aumentado las intervenciones no científicas en el currículo educativo, se han reducido las horas de clase de filosofía y ciencias, se han reducido las horas de clase de educación física, arte y música y se han sustituido por clases de religión. En los últimos años se han hecho frecuentes en la agenda prácticas como la introducción de clases obligatorias de religión para niños con autismo y discapacidad intelectual, la organización de seminarios sobre „valores espirituales“ en los centros preescolares, llevar a los alumnos de preescolar, primaria y secundaria a mezquitas y, de hecho, llevar la enseñanza religiosa a los centros preescolares y guarderías.

PROBLEMAS EXPERIMENTADOS POR LOS PROFESORES
En Turquía trabajan 1 millón 154 mil 383 profesores en centros públicos y privados. El número de profesores que trabajan en centros públicos es de 974.000; el número de profesores que trabajan en centros privados es de 180.000. El número de profesores suplentes en centros públicos, todos ellos remunerados por debajo del salario mínimo, se acerca a los 90 mil. Muchos profesores están empleados de forma temporal o de suplente y se encuentran en un entorno laboral precario. Dicha situación reduce el compromiso de los profesores con su profesión y hace que su futuro sea incierto.

Los profesores de Turquía se enfrentan a una serie de problemas económicos y sociales en el ejercicio de su profesión. Estos problemas influyen de forma negativa en la calidad de vida de los profesores y repercuten en el sistema educativo. Los profesores y la profesión docente, que hasta hace poco constituían un elemento importante del sistema educativo, se han visto rápidamente devaluados y cosificados paralelamente a la aplicación de políticas no-científicas y mercantilistas. Los profesores y la profesión docente, que el sistema actual intenta objetivar y reducir al nivel de ‚técnicos‘, se enfrentan a nuevas amenazas.

En la actualidad, los profesores se han apartado notablemente de las posiciones de toma de decisiones y su libertad profesional ha quedado restringida. Muchas decisiones que el profesor podría tomar y aplicar por sí mismo ya se le presentan de antemano. De esta manera, el profesor se ve reducido al nivel de un profesional pasivo e ineficaz y de un transmisor de información que se limita a cumplir las órdenes dadas dentro del sistema.

En Turquía, los profesores cobran salarios bajos con respecto a su profesión. Entre los países de la OCDE, Turquía es el país con más profesores sobrecargados de trabajo, pero con los salarios más bajos. Esta situación hace perder la motivación especialmente a los profesores jóvenes y disminuye su interés por la profesión docente. Los profesores trabajan a menudo con una gran carga de trabajo y tienen que permanecer de pie durante largas horas. La planificación de las clases, la preparación de los exámenes y el trato personalizado con los alumnos son tareas que agotan físicamente a los profesores.

Los trabajadores del sector de la educación tienen graves problemas de vivienda debido a los elevados alquileres, sobre todo en las zonas metropolitanas, y no pueden comer alimentos sanos debido al aumento de los precios de los alimentos. La inflación verdadera que se refleja en las facturas, el coste de la vida en el bazar, en el mercado, en la cocina es muy superior al nivel de la inflación declarada oficialmente. Las repentinas subidas de los tipos de cambio y de los precios del oro en la economía turca en los últimos años, la excesiva depreciación de la lira turca, el continuo aumento de la inflación oficial, etc. siguen teniendo un grave impacto negativo en las condiciones de trabajo y de vida de más de un millón de trabajadores de la educación y la ciencia.

ES NECESARIO DEFENDER LA EDUCACIÓN LAICO-CIENTÍFICA CONTRA LA EDUCACIÓN ‚BASADA EN EL MERCADO Y LA RELIGIÓN‘
En todo el mundo, el sistema educativo se basa en transmitir a niños y jóvenes los valores básicos de las sociedades. El sistema educativo y las escuelas son, en este sentido, lugares de reproducción de valores sociales y culturales. El carácter singular de la escuela en la producción cultural se centra en la naturalización de las diferencias sociales existentes mediante la redefinición de sus límites. Por otro lado, las escuelas también proporcionan ambientes y oportunidades para cuestionar y criticar dichas diferencias. Desde este punto de vista, las escuelas también son lugares donde los defensores de la educación laico-científica y los opositores a la ciencia suelen entrar en conflicto.

El plan de estudios incluye un total de 33 asignaturas de religión, una obligatoria durante 9 años y 3 optativas durante 8 años. Es imposible encontrar 33 asignaturas de religión en ninguno de los países del mundo que tienen 12 años de enseñanza obligatoria. Ni siquiera en la República Islámica de Irán hay tantas clases de religión como en Turquía. Prácticas como la Escuela Secundaria Imam Hatip, Liceos de Imam Hatip y la Escuela de Hafiz (todos son escuelas religiosas) son fomentadas por el propio Ministerio de Educación Nacional, y existe un abierto favoritismo hacia estas escuelas.

En Turquía, todas las instituciones educativas se han alejado rápidamente de sus funciones auténticas a causa de las prácticas racistas, sectarias, discriminatorias y autoritarias del gobierno. Las prácticas de opresión, violencia e imposición aplicadas por el gobierno en todos los ámbitos de la vida social, especialmente en la educación, demuestran que existe un desafío abierto contra la educación laica, la vida igualitaria, libre y democrática.

La relación de religión-educación en las sociedades viene determinada en gran medida por la relación de religión-Estado. Dicho de otro modo, cuanto más fuerte es la influencia de las cuestiones religiosas en el Estado, más directivas e impositivas son en el sistema educativo. En este sentido, es imposible considerar el impacto de la religión en la educación al margen de la estructura política existente y de las relaciones que se establecen con el poder.

Los sistemas educativos de todo el mundo son instituciones mediante las cuales se transmiten a niños y jóvenes los valores fundamentales de las sociedades. El sistema educativo y las escuelas son, en este sentido, lugares de reproducción de valores sociales y culturales. El carácter singular de la escuela en la producción cultural es la naturalización de las diferencias sociales existentes mediante la redefinición de sus límites. Por otro lado, las escuelas también proporcionan ambientes y oportunidades para cuestionar y criticar dichas diferencias. En este sentido, el sistema educativo y las escuelas de Turquía son también uno de los ámbitos de lucha en los que a menudo se enfrentan quienes defienden la educación laica y la vida laica y quienes quieren configurar la educación y la vida social según normas y referencias religiosas.

Los cambios en el sistema educativo no son independientes de los procesos de desarrollo del sistema económico, social y político. Por este motivo, en países como Turquía la lucha llevada a cabo en la escuela y en la sociedad por el laicismo y la educación laico-científica no puede separarse de la lucha por los derechos fundamentales, la igualdad, la libertad y la democracia, especialmente los derechos de los niños.

O se entregan por completo el sistema educativo y las escuelas a la ideología dominante o se lucha por el tipo de educación que deben recibir los niños y los jóvenes y por el tipo de sociedad en la que deben vivir. La lucha en el terreno de la educación de Turquía es la lucha por defender la educación pública, democrática, laica, científica y en lengua materna frente a la educación ‚basada en el mercado y la religión‘.