/La experiencia educativa como un experimento de la esperanza: Las Competencias Ciudadanas en Colombia como un ejercicio reflexivo de la Utopología para Nuestra América – Harby Andrés Trujillo Vargas

La experiencia educativa como un experimento de la esperanza: Las Competencias Ciudadanas en Colombia como un ejercicio reflexivo de la Utopología para Nuestra América – Harby Andrés Trujillo Vargas

Harby Andrés Trujillo Vargas
Antropólogo de la Universidad Externado de Colombia – Bogotá

Cómo compartir y resolver las condiciones críticas del mundo?

La educación es un espacio ritual en el que se converge, se reflexionan, se comprenden y se interpretan los sentidos y los hechos que ocurren, han ocurrido y ocurrirán en todos los topos compartidos que en el transcurrir de los días se dan en el globo-terráqueo. Aquí y en todas partes es en donde se propician o devienen las diversas y plurales formas de la naturaleza, la cultura y la sociedad en los fenómenos, materiales, sustancias, instrumentos, artefactos, herramientas y productos. Usualmente éstas demuestran más allá de los experimentos que las cualidades negociadas en lo que se aprende, se sabe, se enseña y se transmite en nuestra especie adquieren cualidades profundamente inter/transdisciplinares pues los efectos tienden cada vez más a comprometernos y responsabilizarnos a todos. Así, en el fondo tratamos de negociar cómo habitar, convivir y hacer uso de la vida (viendo sus tensiones entre lo inorgánico y orgánico, lo animado y lo aparentemente inanimado).

Por tal motivo, si quisiéramos adentrarnos en los saberes que se ponen en circulación tendría sentido pensar que el horizonte educativo debería orientarse hacia la comprensión de las condiciones críticas que inevitablemente se están constituyendo como comunes; aunque se precipitan y ocurren sincrónicamente en diferentes lugares y no-lugares[1], deslocalizada o localizadamente[2] en una perspectiva que puede ser plenamente transmitida y mediada a través de los usos de las TIC’s como actores-instituciones activos-pasivos del decir ante lo que ocurre en el mundo según los medios, las fuentes y/o accesos a la información. Es crucial porque en la globalización la tarea es elaborar una idea común sobre lo que es común a todos y sobre lo que es extraño o ajeno parcialmente a nuestra participación frente a los acontecimientos. El ejercicio plural y multidimensional de la educación entonces debe develar su necesidad ante la extensión de su condición y definición como derecho universal dado que debería ser considerado como la práctica labradora de lo posible, en la negociación del futuro y el ahora en la que cada vez será más apremiante y crucial para construir una ciudadanía que sea crítica, política y poética; que sea no sólo universal sino co-construida, diversa e incluyente.

En este sentido, mi intención es compartir la siguiente reflexión que denominaré de carácter cuántica, en ella planteo que la necesidad de establecer “verdades discutibles“ es clave en respuesta a las complejidades contextuales y nuestro camino es la educación. Como sociedades e individuos vivimos la expresión del entrelazamiento de las dimensiones, las dualidades de la expresión de los fenómenos, la gravedad subyacente a los acontecimientos y la escala espaciotemporal en la que se da la demanda energética y la expresión termodinámica de las actividades humanas y no- humanas[3] que deberemos integrar en su concepción a la realidad personal y común para poder construir bienestar. Por ello, sugiero un acercamiento desde la utopología[4] como un lugar para realizar énfasis en la necesidad dialéctica que debe constituirse entre las realidades sociales concretas y sus especulaciones/ mitologías/ensoñaciones/razones que son implicadas cuando las acciones humanas deben constituir un pilar no sólo para sostenibilidad de la vida sino para la esperanza de la misma.

Desde mi experiencia personal participativa en la que a través de la cátedra de competencias ciudadanas he compartido con jóvenes entre los 15-19 años, preuniversitarios (que en una mejor definición serían: chicos y chicas que aspiran a la oferta limitada de cupos universitarios en las instituciones públicas del país) de la ciudad de Bogotá con los que me he aproximado al rol docente buscando orientaciones estratégicas por medio de espacios no convencionales donde se puedan establecer aquellos momentos reflexivos, lúdicos y didácticos, que por medio discusiones, presentamos la experiencia humana. Estas permiten resolver las dudas compartidas sobre el tiempo geológico de larga duración[5] en el que convergen las crisis climáticas, las crisis ecológicas, la condición migratoria, las privatización de las condiciones de bienestar de las ciudadanías y la posibilidad de que las diferentes personas puedan trazar su propio devenir como actores, ciudadanos y ciudadanas en esta época que aparece en 2020 para cuestionarnos ante la relación con el Antropoceno[6] pero al mismo tiempo a cuestionarnos profundamente a ¿Cómo ser promotores de la construcción de la experiencia de la esperanza?

Se presenta la utopología entonces como un espacio de discusión común de las verdades o realidades que atraviesan las necesidades sociales, económicas, tecnológicas, políticas y biopolíticas en la que los estudiantes cada vez deben implicarse en la resolución (que poéticamente podría entender según su etimología: volver a ver el sol) de las condiciones críticas que implican, al menos, tres movimientos:

  1. La comprensión de la circunstancia.
  2. El direccionamiento de las acciones hacia la solución replanteamiento-restablecimiento de las condiciones comunes.
  3. La gestión de los recursos para mantener la posibilidad del futuro en esperanza.

Dado que “Una cultura donde No-Cabe el Futuro para sus miembros es una cultura (sociedad)que no existirá mucho tiempo porque no asume su propia existencia histórica y porque no tienen como fin la realización de sus integrantes” (Del Rayo, 2012). Esto debería ser clave en la construcción de contenidos y concepciones de las sociedades nacionales en las que operan la condición de ciudadanía. Esto debido a que el derecho de la educación debe ser central para “Justificar el derecho de Anhelar y hacer posible la construcción de un mundo donde los seres humanos puedan concebir sus proyectos y actuar para su realización” (Del Rayo, 2012).

En la realidad contemporánea la condición de ciudadanía se encuentra actualmente en una coyuntura múltiplemente cuestionada, pero al mismo tiempo presentándose como propici para elaborar una alternativa común: La posibilidad de la paz. Colombia en el 2020 ingresa en un momento transicional, en donde su deber ser es experimentar la experiencia de la utopía de la paz a través de los de los mecanismos institucionales, jurídicos y administrativos enmarcados en los derechos humanos. Así los espacios internos como la JEP, la veeduría internacional como los estados garantes y los actores como los movimientos sociales pueden plantearse un camino común: Es el derecho a la educación el que permite la comprensión de la circunstancia de los derechos humanos porque es por medio del ritual educativo que se puede concebir “la acción humana en la historia, que intervienen en los procesos de reproducción cultural y que forman parte del propio proceso de formación y realización de las personas”(Del Rayo, 2012).

La historia humana si bien ha sido la gestación de nosotros mismos, es la educación la que permite y propicia un lugar para gestarse, debatirse, transformarse en la utopía consensuada que sea el trasfondo el recordar que compartimos en la vida humana un vínculo común… “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.” Eduardo Galeano.

[1] Marc Augé (1992) Los No-Lugares: Una antropología de la sobremodernidad.
[2] David Harvey (2006) Notas hacia una teoría del DESARROLLO GEOGRÁFICO DESIGUAL*
[3] Bruno Latour (2001) La esperanza de pandora: Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia.
[4] Ed. María del Rayo Ramírez F. (2012) Utopología desde nuestra américa. Ediciones desde abajo.
[5] Fernand Braudel (1958) Historie et Sciencies sociales : La longue durée.
[6] Sylvain Bourmeau (Productor) (21 – 12 – 2019). Une histoire profunde de l’anthropocéne. (Audio en podcast).

Referencias

Utopología desde nuestra américa (2012) Ed. María del Rayo Ramírez F. Ediciones desde abajo.
Globalización y Educación Crítica (2009) Enrique Javier Díez Gutiérrez. Ediciones desde abajo.
Termodinámica y complejidad. Una introducción para las ciencias sociales y humanas. (2011). Carlos Eduardo Maldonado. Ediciones desde abajo.
Competencias Ciudadanas (2020). Ministerio de Educación Nacional de Colombia. Tomado de: https://www.mineducacion.gov.co/1759/w3-article-235147.html?_noredirect=1
Introducción a la Antropología General (1984) Marvin Harris. Ed. Alianza Editorial.