/¿A QUÉ INTERESES SIRVE UNESCO-EDUCACIÓN? – Rosa Cañadell

¿A QUÉ INTERESES SIRVE UNESCO-EDUCACIÓN? – Rosa Cañadell

Rosa Cañadell
Licenciada en Psicología. Profesora. Articulista. Miembro del SIEC (Seminario Ítaca de Educación Pública). Activista social defensora de la educación pública

En Noviembre de 1945, en el contexto histórico del fin de la segunda guerra mundial, ante el espanto de la guerra, muertes y barbaridades, nace la UNESCO, fruto de los esfuerzos iniciales de 20 países con el fin de restaurar y promover la paz en el mundo, a partir de cuatro grandes sectores: la cultura, la educación, la ciencia y las comunicaciones.

Pero a día de hoy, sus prioridades han cambiado y, sin olvidar sus objetivos iniciales, sus prioridades dicen ser: la erradicación de la pobreza, el acceso universal a la educación y el diálogo intercultural.

Durante el período de la guerra fría, hasta 1991, la UNESCO cumplió el rol de de punto de encuentro entre los dos mundos, soviético-capitalista. Y durante todo este tiempo fue punto de referencia y orientación en la acción educativa, siendo considerado de carácter claramente progresista. Pero, desde la caída del muro de Berlín y el fin de la guerra fría, esta institución ha dejado de ser un puente entre distintas ideologías y ha quedado bajo el paraguas del neoliberalismo, considerando el conocimiento como un saber despolitizado y la educación como un asunto meramente técnico-pedagógico.

En 1984, hubo la primera gran crisis de esta organización, con la retirada de Estados Unidos, seguida en 1985 por Gran Bretaña y Singapur. EEUU ya se venía planteando abandonar los foros multilaterales al considerar que no respondían a su interés nacional.

En 1996, con el documento “La educación encierra un Tesoro”, coordinado por Jacques Delors, la UNESCO asume el desafío que impone la globalización económica y se inicia un nuevo camino de los sistemas escolares con el objetivo de adaptarse hacia los nuevos desafíos del capitalismo digital. Si bien fue un documento muy bien aceptado en general, tanto por las instancias económicas como por los sectores progresistas, ya contenía la semilla de lo que se iba a desarrollar a partir del siglo 21.

Así, si bien durante muchos años, hasta la llegada de la cuarta revolución industrial, la UNESCO apostaba por la estructuración y consolidación de los sistemas escolares. Con la llegada de la digitalización y la era de Internet, empezó un cambio de perspectiva basándose en unos principios, no demostrados pero funcionales a las nuevas necesidades del capitalismo, básicamente una supuesta percepción negativa del sistema escolar tradicional considerado obsoleto para los nuevos retos del siglo 21 y las necesidades del mundo laboral en la era de la informática, la robótica y La Inteligencia Artificial.

Para ello aparecen nuevos conceptos: La estandarización de los sistemas a nivel global a partir de las pruebas, sobretodo PISA. En 2006, Andreas Schleicher, funcionario de la UNESCO y con relaciones estrechas con la OCDE, pasa a ser el coordinador mundial del Programa Internacional de Evaluación de loa Alumnos (PISA). Aparecen también las referencias a la educación con fines abiertamente económicos y para la competitividad entre los países. Y se introduce el nuevo concepto de la “educación como bien común” en vez de la “educación como servicio público” o como “derecho universal”, lo que desrespnosabiliza a los estados de su obligación de proveer su financiamiento. (Bonilla, 2021)

Al mismo tiempo, otros organismos, Banco Mundial, FMI, OCDE, G-20 empiezan a disputarle el liderazgo en la agenda educativa, al tiempo que promueven la privatización digital en la educación a través del llamado “filantrocapitalismo digital (Saura 2020). A partir de aquí aparece ya la flexibilidad del currículum, las competencias básicas y el menosprecio del conocimiento, la innovación educativa, la mercantilización de la educación y la integración de las nuevas tecnologías en el aprendizaje.
Las nuevas tecnologías, el mundo digital y virtual asumen, cada vez más, los papeles que antes eran propios de la escuela y la Universidad, lo que se expresa con un ataque a la presencialidad y con un protagonismo muy importante de las grandes corporaciones que intentan modelar los sistemas educativos y una progresiva desinversión educativa. Todo ello supone un aumento global de la desigualdad educativa y una transferencia de poder decisorio respecto a lo que se enseña y cómo se enseña a las grandes empresas de las nuevas tecnologías.

frente a ello, la UNESCO ha quedado subordinada a la lógica neoliberal sin llegar a pilotar la educación que demanda el capitalismo digital, ni tampoco poder ofrecer una alternativa para una educación emancipadora en el mundo global. Pero, al igual que la escuela o la universidad, la UNESCO es también un campo de disputa y confrontación y habrá que luchar para que termine avanzando en la buena dirección.

NOTAS:
Saura, Geo (2020). Filantrocapitalismo digital en educación. UNESCO.
Bonilla, Luís (2023). Capitalismo digital y educación. Revista VIENTO SUR. Julio 2023