/¡AUMENTAMOS LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL! – Okan KARAÇAM

¡AUMENTAMOS LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL! – Okan KARAÇAM

 

El sector del textil y de la confección viene siendo el de mayor volumen de producción y comercio desde las civilizaciones de Anatolia hasta el Imperio Otomano y, posteriormente, la República de Turquía.  En este proceso se podía hablar de una industria textil autosuficiente, pero con las leyes fiscales promulgadas a lo largo de los siglos, las concesiones, el desarrollo de la tecnología y el aumento de la población, la industria textil se ha convertido en una economía en la que la mayoría de las materias primas se importan del extranjero y que sigue manteniendo su lugar en diferentes aspectos sólo con mano de obra barata y cualificada.

Durante el siglo pasado, las guerras de partición, los levantamientos populares y las luchas sociales, así como la lucha de clases entre el trabajo y el capital a escala mundial, han provocado cambios en los equilibrios internacionales. Debido a las guerras de la energía y de las materias primas, al desarrollo de la tecnología y a las diferentes alternativas en las condiciones logísticas y de transporte, la balanza ha vuelto a cambiar a favor de los capitalistas.

Turquía también se ha visto afectada por los cambiantes vientos políticos. Los derechos de los trabajadores se redujeron y las condiciones laborales cambiaron en las industrias que pasaron de ser empresas estatales a privatizadas. Por supuesto, mientras se reducían los derechos de los trabajadores, el capital del textil, la confección y el tejido seguía constituyendo uno de los principales sectores de la economía. El hecho de que Turquía se quedara rezagada en la producción de materias primas, los excesivos costes energéticos y los elevados costes laborales para el capital internacional en comparación con países como China, India y Bangladesh provocaron el desplazamiento de la producción a otros países. Después de Italia, es el segundo país con mayor coste laboral en la industria textil. A pesar de esta situación, el hecho de que la mano de obra esté cualificada sigue creando una situación preferible. A países como China, India, Bangladesh, Pakistán y los países del norte de África les siguen países con una gran población y la mano de obra más barata.

La diferencia de costes laborales en la industria textil hace que la producción se desplace rápidamente a otras zonas o que se desarrollen nuevas políticas económicas para reducir costes. A la cabeza de estas políticas están los salarios bajos, el trabajo flexible, el trabajo en subcontratación, la mano de obra migrante y las largas jornadas laborales que recuerdan a la época de la esclavitud. A ello hay que añadir las muertes prematuras debidas a la disminución de la calidad de vida y a accidentes laborales, la no adopción de medidas en materia de salud y seguridad en el trabajo y la no satisfacción de las necesidades básicas.

La protección del empleados es un problema fundamental y un tema de lucha en Turquía y en todo el mundo. A pesar de que la industria textil ofrece una gran diversidad de mano de obra barata y cualificada, el número de trabajadores organizados en Turquía es muy bajo. Si bien hay unos 4 millones de trabajadores del sector textil, 1,2 millones de ellos están registrados y menos del 10% están sindicados. La situación empeora aún más si consideramos que los sindicatos existentes sólo se dedican a la „lucha salarial“. Lo que queda es una masa de trabajadores cuyos derechos han sido usurpados, que no están organizados e intentan salvar el día. La lucha sindical se ha convertido en incapaz de alzar la voz contra los problemas y las imposiciones a los que se enfrenta la clase obrera en su conjunto, salvo para la protección de ciertos derechos básicos. Las acciones existentes fueron paralizadas mediante el aumento de la represión, la amenaza del despido, la prohibición de acciones, huelgas, etc., la detención de dirigentes sindicales, la violencia policial, al tiempo que se creaban obstáculos a la organización.

Observamos estas prácticas opresivas y dictatoriales en muchas partes del mundo. La sangrienta represión de la huelga de Bangladesh en 2023, las luchas de los trabajadores sudaneses que sacudieron la dictadura, la incursión de la policía en la ocupación de la fábrica Greif en Estambul, la resistencia de Özak en Antep, el intento de los capitalistas de suprimir los derechos de los trabajadores para que no se expandieran, y muchos más. Se intentó neutralizar por diferentes mecanismos del Estado capitalista.

Debemos reconocer que la producción es interdependiente en todo el mundo y que la lucha debe ser común.

En este contexto;

* La lucha internacional de la clase obrera por la protección del trabajo, debe ir de la mano del crecimiento de la lucha global contra el capitalismo y el crecimiento de los movimientos sindicales. Debemos responder al sistema imperialista-capitalista mundial mediante la globalización de la producción y la globalización de las luchas obreras.

* Es preciso adoptar medidas urgentes para organizar la lucha sindical, no sólo por la política salarial, sino por la unidad de toda la clase obrera.

* Debido a la crisis económica y política mundial, se están recortando los derechos de la clase trabajadora. Se debilita la lucha por proteger sus derechos básicos, antes de mencionar la solidaridad internacional. En este contexto, resulta indispensable lograr la unidad popular para proteger nuestros derechos actuales y conseguir nuevos avances.

* Se debilitó la conciencia deformada de clase, la solidaridad y el espíritu colectivo de la clase obrera. Tenemos que conservar vivos la conciencia y el odio de clase transmitiendo los conocimientos y las experiencias históricas.

* El hecho de que la clase obrera se convierta en refugiados debido a las guerras de división, las ocupaciones o la suposición de vivir en mejores condiciones, etc., aumenta los discursos racistas dentro del país y constituye el principal medio de reducir los costes laborales. Es necesario garantizar la unidad de la clase obrera independientemente de su raza, identidad, etc. y elevar la conciencia y la lucha.

* „¡La clase obrera no tiene patria!“ debemos actuar con esta conciencia. Tenemos que incrementar la unidad, la solidaridad y la lucha de la clase obrera a escala internacional.

¡No tenemos nada que perder salvo nuestras cadenas, y tenemos el mundo entero que ganar!“

Sindicato de Trabajadores Revolucionarios del Textil