/A 6 Meses Delgobiernode Castillo: Autocríticasobre La Crisis – Marco Jean Paul Apaza Gonzales

A 6 Meses Delgobiernode Castillo: Autocríticasobre La Crisis – Marco Jean Paul Apaza Gonzales

Marco Jean Paul Apaza Gonzales | Asesor Principal JDN-FEP

04 de enero de 2022

A más de 6 meses de iniciado el Gobierno de Pedro Castillo, es necesario reflexionar, sobre todo si consideramos que estamos aún celebrando el Bicentenario de la República, que debería marcar un hito en el desarrollo de los peruanos, que refleje el progreso, que consolide la salida del subdesarrollo prometido durante décadas. Nada más lejos de la realidad.

Nos encontramos con dos espectros claramente diferenciados, los que apoyaron a Castillo y retroceden o se reafirman en su respaldo, pese a todas las deficiencias que ha mostrado los primeros meses de gobierno, y los que se opusieron, sea porque eran personas de derecha o porque creyeron el discurso de la gran prensa que sería un régimen similar al de Corea del Norte.

En ambos casos, estamos seguros que debemos reflexionar, como país, mirando el curso de la historia, que hoy nos es incierto. La política en el Perú nunca ha sido equilibrada, siempre navegamos entre golpes de estado, gobiernos autoritarios y regímenes militares, nada debería sorprendernos. Lamentablemente siempre hay razones para el asombro.

A inicios de año ya comentaba con dureza la campaña de las dos izquierdas, la representada por Verónika Mendoza y la de Pedro Castillo, una cuestionándose frente a la otra. Reclamando ser la verdadera izquierda, como si de un concurso de valoración personal se tratara. La derecha no tuvo un mejor camino, las bases populares del Fujimorismo le dieron ventaja.

En la segunda vuelta se polarizó el país, entre el Fujimorismo con antecedentes de dictadura, y la izquierda, con promesas de fundar la Unión Soviética Latinoamericana. Ambos extremos que no se correspondían a la realidad, pero sirvieron en su momento para espantar a la gente, moverlas por el terror. Nada nuevo para la humanidad.

Cuando vi al profesor de escuela rural, hablar de educación, sentí ternura, creo que eso es lo que provoca Castillo, una voluntad de querer ayudarlo, y en ese camino ayudarte, ante tanto racismo, clasismo y demás. Sus votantes creo, son principalmente gente que encuentra un espejo en él. ¿Por qué no un campesino puede ser presidente?

Si todos los presidentes que se graduaron de lujosas universidades en el mundo, habían robado, defraudado y tirado a la basura sus planes de gobierno. ¿Por qué no dejar de elegir tecnócratas y elegir gente común y corriente? Que hable con muletillas, que cuide gallinas y viva en el campo, por ahí va el pensamiento -considero- de la gente que votó por Castillo.

Yo pude decirle cuando tuve oportunidad, siendo Secretario General de la FEP. Profesor, con ese discurso no va gobernar, el 10% para la educación es inviable, Ud. lo sabe. Díganos lo que realmente hará. Me miró a los ojos y volvió a repetir el discurso aprendido. Ahí supe que estábamos ante una característica propia de la gente persistente, por no decir terca.

Con esa imagen apoye su campaña, al frente estaba Keiko Fujimori, con un equipo dispuesto a profundizar las brechas sociales y a generar las condiciones para el surgimiento de otro Sendero Luminoso. Me opuse, como lo hizo la mayoría de peruanos, entre dudas y certezas. Elegimos el mal menor de nuevo, como es costumbre nacional. Siempre pensé que Castillo se dejaría asesorar, que los gobiernos progresistas de América Latina darían soporte técnico, que, al acabar la campaña, todo su entorno debería entender que no pueden asumir un rol protagónico como si se tratara de un merecimiento por su aporte en segunda vuelta. El país no es un botín que lo toma el ganador para saldar cuentas.

Aquí el error que debo reconocer, la izquierda ha demostrado tener los mismos vicios que la derecha, reproducir los mismos problemas. Pensar que se apoya una campaña para recibir a algo a cambio, es un letargo antiquísimo, desde el Civilismo hasta la actualidad, el mismo problema de la política criolla.

Entonces comenzó la repartición del poder, los desplazados en teoría tenían la oportunidad liderar los cambios, pasó el tiempo y demostraron no tener rumbo. Porque con buenas intenciones no se gobierna, la preparación es fundamental, y con esto no me refiero a grados universitarios, la formación se refiere al estudio de las ciencias, los grados considero son accesorios.

¿Cuánto duró la ilusión de haber llegado al éxito? ¿Unos meses, años quizá? Pero eso de desvanecerá, incluso si durara 5 años, un pueblo defraudado no volverá a creer en la izquierda hasta al Tricentenario. 100 años de gobiernos neoliberales, que recorten presupuesto a la salud, a la educación, concesionen a precio de regalo nuestros recursos naturales, entre otros.

Un mal Gobierno de Castillo tendrá esos efectos, será estudiado y responsabilizado de haber desaprovechado la oportunidad de transformar la realidad, todo lo dicho por Manuel González Prada y José Carlos Mariátegui, queda en nada, si cuando se tiene la oportunidad de implementar lo escrito se prefiere parcelar el Estado.

Castillo no se da cuenta de esto, no se da cuenta de mucho, sigo pensando que tiene buena voluntad, pero como dije antes, únicamente con voluntad no se gobierna. Se rodeo de su gente de confianza, que de política sabe poco, de gobierno mucho menos y de estado, ni que decir. El fracaso se anuncia por pretender ser leal a estas personas. ¿Lealtad a personas que te ayudaron prestando tu camioneta o lealtad al pueblo? Miles de personas han muerto en huelgas, manifestaciones y paralizaciones, tenemos mártires en cada esquina de la Patria. Vidas que se fueron soñando con un Perú justo e igualitario. La lealtad es a ellos, a los peruanos que nacerán, no a un grupo político de campaña.

El poder acaba, los gobiernos también, imperios mucho más grandes y dominantes cayeron estrepitosamente, lo que queda es lo cultural. Pasa el tiempo y plantear cambios en ese ámbito resulta ridículo, se requieren cosas mucho más domésticas, como manejar las cuentas del Estado, atender las emergencias y cumplir con las obligaciones estatales.

Entregaron el cuerpo de Castillo a CNN como una ofrenda, fue un sacrificio humano para que no quede dudas de lo mal que estamos. La izquierda moderada lejos de asumir las consecuencias, se puso de costado. Calculando minimizar el daño colateral para las próximas elecciones. La izquierda electorera.

Ninguna transformación se hace desde el Estado, eso nos ha demostrado Pedro Castillo y sus meses de gobierno, se necesita mucho más. Organizaciones sociales, convencimiento de un programa, y al final, la gestión pública de políticas de estado. A Castillo podemos culparlo de la pésima gestión pública, pero de nada más. El convencimiento de un programa de cambio, el fortalecimiento de las organizaciones sociales, eso correspondía a la izquierda, que durante décadas se preocupó de cuidar sus fronteras, sus feudos, sus reinos, más no a construir espacios de disputa ideológica. Los sindicatos no lo son, los gremios estudiantiles tampoco.

Hemos fallado ahí, al país y al pueblo. Asumir una autocrítica no es hacerse a un lado, por el contrario, es disputar espacios que hemos perdido por nuestra irresponsabilidad. En ese sentido, creo que debemos llenarnos de entusiasmo, aprendiendo de los errores, para recuperar el camino largo y tedioso de la Nueva República.

Nadie nos dijo que sería fácil, si en 200 años no lo hemos logrado, 200 años más habrá que luchar. Más allá de nuestro paso.

Ojalá quien pueda volver a intentarlo, aprenda de nuestros errores y recuerde que muy atrás hubo esperanzas de cambio.

Que verán el alba desde Tumbes a Tacna. Entonces podremos decir, que el sacrificio de siglos no fue en vano.

Atentamente, Marco Jean Paul Apaza Gonzales

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