Luisa Chang Alva Estudiante de Perú – PoliTeknik Español
Jamyr de la Rosa Ynfantes Estudiante de la Universidad de Barcelona – PoliTeknik Español
La evolución del mundo académico es algo inminente de lo que se ha estado hablando hace décadas, y es que la educación no es ajena al fenómeno de la globalización que, como todo ámbito social en nuestra vida, se ve afectada por circunstancias externas que modelan su funcionamiento y funcionalidad. Bien se sabe que en la actualidad la riqueza de las naciones ya no se encuentra únicamente en las mercancías tangibles o materias primas, sino en el nacimiento de nuevos conocimientos, esto está demostrado ya que más del 50% del PIB de las mayores economías de la OECD (Organización para Cooperación y Desarrollo Económico) están en los conocimientos (Rojas, 2016, p. 103). Siendo así, no nos vemos en la única necesidad de evolucionar dentro del conocimiento cognitivo, sino también ser capaces de contextualizar este dentro de las necesidades particulares de las sociedades y su ritmo de avance.
Hasta estos últimos tiempos, el Perú ha mantenido un modelo pedagógico que ha mostrado ser poco efectivo, resultando en el estancamiento de la nación apegándose a sus costumbres, aumentando con esto la brecha existente con el resto del mundo, el cual es cada vez más exigente.
Una vez expuesto esto, nuestro objetivo con este escrito es analizar el actual modelo pedagógico peruano, y a su vez, el contexto cultural en el que este se encuentra y su obstaculización en el avance académico de sus estuUna vez expuesto esto, nuestro objetivo con este escrito es analizar el actual modelo pedagógico peruano, y a su vez, el contexto cultural en el que este se encuentra y su obstaculización en el avance académico de sus estudiantes, causando una falta de motivación en realizar investigaciones, adhiriéndose a un modelo que solo busca la memorización, más no la evolución académica.
Situación de la investigación
peruana
PEs necesario comparar a Perú con los demás países de la región para poder entrar en contexto. Perú, según el I Censo Nacional de Investigadores realizado en el año 2016, contaba con un aproximado de 0.2 investigadores por cada 1000 habitantes de la población económicamente activa. Con una cifra cercana a los 2400 investigadores, la nación andina se encuentra considerablemente por debajo del promedio de América Latina y El Caribe. Por tomar algunos ejemplos, durante el mismo año México registró 6.2 millones de investigadores, mientras que Chile reportó contar con cerca de 6000 investigadores (Cervantes et. al, 2019).
De igual forma la publicación antes mencionada, también hace destacar la escasa inversión realizada en el Perú en materia de investigación y desarrollo, tanto pública como del sector empresarial. A comparación de países latinoamericanos como Brasil o Argentina, Perú sólo destinó el 0,08% de su PBI durante el 2015 a este ámbito. Este es un dato de gran relevancia si tomamos en cuenta que es posible teorizar sobre una correlación entre el gasto e inversión en investigación con la producción científica, tal y como se aprecia en el caso brasilero, país con mayor inversión en I+D en América Latina y autores de un total de 52,82% de la producción científica de la región durante el año 2017 con un total de 68 741 artículos en revistas indexadas en Scopus. En contraste, Perú alcanzó cerca de 2084 artículos en revistas indexadas durante el año 2015, de los cuales poco menos de la mitad alcanzó relevancia internacional. Inversión que, distribuida entre una remuneración justa a los docentes investigadores, personal de apoyo, consultores externos e inversión en infraestructura puede asociarse a una mayor producción científica para las universidades peruanas (Moquillaza, 2019).
Un análisis de la realidad universitaria del país revela que es un porcentaje realmente bajo de instituciones quienes consideran la producción científica dentro de su accionar, lo cual podría deberse al, también bajo, porcentaje de docentes universitarios acreditados como investigadores, cuya labor en aulas guiaría e incentivaría a los estudiantes en la generación de conocimiento, garantizando así la publicación de manuscritos.
Una vez explicada esta situación, podemos observar como existe poca relevancia en cuestión a la investigación en Perú, lo cual afecta en la formación respecto a la misma tanto así a profesionales como en las aulas de pregrado y posgrado, debido a que al no haber producción científica, y a su vez, pocos académicos de la materia, los docentes que imparten asignaturas de investigación, no tienen las herramientas necesarias para el desarrollo de proyectos innovadores, no tienen ni producción científica, ni experiencia real en I+D, haciendo así que la problemática se convierta en un ciclo sin fin, ya que sin investigaciones, los docentes no podrán dar herramientas reales a estudiantes que tengan esta motivación.
Educación atrapada en el tiempo
La calidad educativa en el Perú, con lo que se refiere a la educación básica regular, es anticuada en cuestión de efectividad en el nuevo mundo, mientras que en otros países buscan desarrollar diversas inteligencias de sus alumnos, Perú, sigue dando mayor importancia a memorizar y regurgitar conocimientos, o por lo menos, en la mayoría de escuelas.
Pero, ¿a qué se debe esto?
Si analizamos diversos factores, podríamos empezar con el hecho de que los docentes no son valorados económicamente, lo que, se quiera o no, determina la elección de esta carrera y el empeño que se pueda dar, y esto no solo incluye a los alumnos, sino a los egresados. Pero, nos basaremos también en el hecho de que nuestro modelo pedagógico, es uno el cual no sirve en el mundo actual. Esto conlleva también al hecho de que, personas que tienen conocimiento de esto, o deciden emigrar o no logran aprovechar del todo su potencial.
Drucker (1994) nos dice que el conocimiento “es el único recurso signifi cativo y dominante”. Y la sociedad actual se caracteriza por un conocimiento y un crecimiento continuado del mismo, además de por sus continuos avances científi cos. Es claro el hecho de que en el siglo XXI es necesaria las personas que puedan adaptarse rápidamente a diferentes circunstancias, pero, esto no será posible si las escuelas educan a personas que siguen una metodología basada en enseñanza en masa y un aprendizaje único.
Ya hemos comentado antes el hecho de que el conocimiento es parte de la nueva economía, por lo que, deberíamos aprender como nación a tener una “economía del saber” (Tünnermann. 2012) si realmente queremos avanzar como país y no quedarnos atrás.
Casanova (2012) nos advierte que “la sociedad avanza y la educación no puede ni debe quedarse atrás si pretende preparar para la vida a las jóvenes generaciones” (p. 9). Esto, por el momento, no está siendo cumplido. Reiteramos el hecho de que Perú mantiene una escuela pedagógica en la que su enfoque sigue estancado en el siglo XIX, una época con una sociedad industrial, donde su enseñanza era en masa con un aprendizaje estandarizado.
Rojas (2016) nos da a entender que el Perú se ha acostumbrado a este tipo de educación que actualmente se encuentra en una parálisis paradigmática que no le permite avanzar, donde su pedagogía se basa en que el protagonista del procesos educativo es el docente, donde no se estimula el trabajo en equipo de manera adecuada y que no posibilita el acceso a las NTICs por parte de los alumnos. En defi nitiva, se busca que el alumnado memorice sin analizar. Esta situación también incluye el hecho que al mantener este modelo pedagógico, las distintas capacidades del alumnado son ignoradas, haciendo no únicamente un problema el hecho de que no se avanza como país, sino que también se pierden millones de oportunidades de explorar potenciales de alumnos de los cuales, pensaran que son inútiles únicamente por que no pueden memorizar un contenido, ya que no se buscaría explorar otros campos donde realmente destaquen.
Esta problemática, es avalada por los padres, los cuales mantienen un pensamiento tradicional donde, si sus hijos absorben mucha información, es una buena educación. Estamos en un país donde importa únicamente el resultado, mas no el proceso.
OREALC-UNESCO (2013) nos habla sobre los modelos educativos y como los contenidos que forman parte del currículum actual en la mayoría de países latinoamericanos fueron diseñados para una sociedad muy distinta y anterior a la sociedad del conocimiento, pero esto parece ser poco practicado por el Perú.
Además, los docentes de antaño, lo cuales predominan aún, se oponen a la modernización, limitándose y estancandose en herramientas antiguas. Palomo et al. (2006) nos expresa: Los centros educativos tienen que preparar a su alumnado para, no sólo acceder a la información, sino también saber „crear“ conocimiento basado en dicha información. Deben saber fi ltrar, seleccionar, valorar, criticar, desechar, utilizar adecuadamente dicha información, a la que tienen acceso. Y todo este proceso va a llevarles a una preparación imprescindible para su futuro en la sociedad en la que nos encontramos. (p. 12)
Es deplorable que los docentes no sepan facilitar el conocimiento en un ambiente donde se pueda aprender con actividad y experiencia, y donde este mismo pueda aplicarse en contextos reales, logrando un aprendizaje signifi cativo, alejando al alumnado de una manera de aplicación memorística- mecanicista que a la larga se pierde.
Somos conscientes de que el ministerio de Educación del Perú si ha intentado incorporar los NTIC’s, tenemos como prueba el programa Huascarán-2002, Una laptop por niño-2006 y la Dirección General de Tecnologías Educativas (DIGETE)- 2012, además de la distribución de tabletas alrededor de las zonas con alumnado vulnerable alrededor de distintos años, pero no sirve ninguna de estos programas si la pedagogía sigue siendo la misma, es como dar una un lápiz a alguien que no sabe escribir.
La resistencia que Perú muestra a la modernización educativa no es exclusiva. Drucker (1994) nos dice que esta misma resistencia se ha visto en el siglo XVI y XVII, y este fue un factor en la decadencia de China y del Islam, pues solo se centraron en la memorización.
Estos factores nos hace ver como Perú tiene una cultura que atrapa en el tiempo a su educación, donde los docentes no se modernizan en su pedagogía, los padres están aún conformes con esto y por último, donde hay una mala gestión de recursos por parte del Ministerio de Educación. Los centros educativos del Perú, donde debería desarrollarse el conocimiento, se han convertido en un obstáculo para el mismo.
Aún así, sabemos que esta problemática no es ignorada por el pueblo peruano, pero hasta la fecha no ha habido ningún cambio signifi cativo. Sin embargo, esto no signifi ca que no se pueda solucionar.
El 28 de julio del 2021, en su primer mensaje a la nación, el Presidente de la República, Pedro Castillo, se mostró interesado en esta problemática, anunciando así la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica. Este con el objetivo de potenciar la generación del conocimiento necesario para un Perú con un desarrollo e independencia tecnológica. A su vez, también quiere evaluar las posibilidades de la carrera de investigador científi co y tecnológico, con el fi n de incorporar nuevos talentos ingresados, y también repatriar a los que emigraron por falta de oportunidades.
Dejando de lado las polémicas alrededor de Pedro Castillo, esperamos que, con la debida organización, este proyecto propuesto por el Presidente de la República pueda mejorar la situación en la que se encuentra Perú, y que pueda haber un cambio signifi – cativo.
Un país que no es capaz de reconocer e incorporar conocimientos ancestrales y generar nuevo a partir de la investigación y disponer y promover un universo de profesionales destacados en este campo, nunca podrá alcanzar niveles de desarrollo requeridos para distribuirlos adecuadamente entre su población, los servicios públicos elementales, como la seguridad alimentaria, la vivienda adecuada, el transporte público y efi ciente, educación y sistema de salud pública pertinente y de calidad. (Castillo, 2021)
Referencias:
Casanova, M. (2012). El diseño curricular como factor de calidad educativa. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Efi cacia y Cambio en Educación, 10(4), 6-20.
Cervantes, L, Bermúdez, L. y Pulido, V. (2019) Situación de la investigación y su desarrollo en el Perú: refl ejo del estado actual de la universidad peruana. Pensamiento & Gestión. 46, 311-322.
Drucker, P. (1994). La sociedad postcapitalista. Bogotá: Editorial Norma.
Moquillaza, V. (2019) Producción científi ca asociada al gasto e inversión en investigación en universidades peruanas. An Fac med. 80(1), 56-59
Redacción Gestión. (2021, 28 julio). Pedro Castillo anuncia creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Gestión. Recuperado 14 de octubre de 2021, de https://gestion.pe/peru/politica/pedro-castillo-anuncia- creacion-del-ministerio-de-ciencia-tecnologia-e-innovacion- ministerio-de-ciencia-ministerio-de-tecnologia- noticia/?ref=gesr
Rojas, A. (2016). Retos a la Educación Peruana en el
Siglo XXI. REICE. Revista Iberoamericana Sobre Calidad,
Efi cacia Y Cambio En Educación, 14(1), 101-115. https://doi.
org/10.15366/reice2016.14.1.006
Tünnermann, C. (2012). La universidad búsqueda permanente. Managua: Hispamer.
UNESCO-OREALC (2013). Enfoques estratégicos sobre las TICs en educación en América Latina y el Caribe. Santiago: UNESCO.