/¡EL FUTURO DEL SISTEMA SANITARIO NO PUEDE ABANDONARSE A LA PRIVATIZACIÓN! LA PRIVATIZACIÓN ES UN SISTEMA BASADO EN LA ENFERMEDAD, NO EN LA SALUD ¡SE ESTÁ DESTRUYENDO LA SALUD EN LAS INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES PÚBLICAS PARA OBTENER BENEFICIOS! – Derya Uğur

¡EL FUTURO DEL SISTEMA SANITARIO NO PUEDE ABANDONARSE A LA PRIVATIZACIÓN! LA PRIVATIZACIÓN ES UN SISTEMA BASADO EN LA ENFERMEDAD, NO EN LA SALUD ¡SE ESTÁ DESTRUYENDO LA SALUD EN LAS INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES PÚBLICAS PARA OBTENER BENEFICIOS! – Derya Uğur

Derya Uğur
Sindicato General de Trabajadores de la Salud – TURQUÍA

 

El gobierno y el capital están ata­cando el sistema sanitario de forma organizada adoptando medidas de privatización.

El sistema, que no prioriza la vida, la naturaleza y el ser humano, atrapa a la sociedad entre la enfermedad y la muerte.

La privatización significa la transfe­rencia de bienes y servicios públicos a empresas partidarias y al capital in­ternacional.

La privatización se está llevando a cabo rápidamente en todo el mundo y en nuestro país, incluyendo el sector sanitario.

La privatización de los servicios sa­nitarios se realiza a través de diferen­tes prácticas.

La privatización afecta tanto a los trabajadores sanitarios como al pú­blico que se beneficia de los servicios sanitarios.

La desigualdad en la sanidad sigue siendo un problema destacado.

La privatización está destruyendo el futuro de la República de Turquía.

Está claro que el poder político está aplicando políticas que liquidarán to­dos los recursos públicos a lo largo de los años.

La industria, el comercio, el trans­porte, los puertos, el petróleo, las ciudades, el turismo, los puertos y los bancos de la República de Turquía, en particular la sanidad pública, han sido vendidos al capital nacional y extranjero por un precio muy bajo a través de diversas normativas legales.

Durante sus años de fundación, la República de Turquía, que heredó un sistema sanitario público en condicio­nes muy desfavorables, con sus políti­cas y esfuerzos para dar prioridad a la sanidad pública, creó instituciones que producen sus propias vacunas y medicamentos.

Sin embargo, el poder político ha perturbado nuestro sistema sanita­rio convirtiendo las ins­tituciones sanitarias en disfuncionales, cerrán­dolas, orientándose ha­cia la compra de todo y privatizando el sistema.

El gobierno ha establecido un siste­ma orientado a obtener beneficios de los pacientes, lo que garantiza un nú­mero de pacientes para las empresas, y no servicios sanitarios preventivos y la seguridad sanitaria.

El gobierno ha cerrado hospitales que funcionaban bien y los ha dejado pudrir tomando medidas que degra­dan las instituciones y desprecian la equidad y el mérito, y ha empezado a construir hospitales gigantescos fuera de las ciudades a costes muy elevados.

Los hospitales fueron construidos fuera de la ciudad a través del modelo de Asociación Público Privada (APP), estos hospitales se denominan „hospi­tales de ciudad“.

En este modelo, el sector privado de las APP exige garantías guberna­mentales para asegurar que todos los riesgos sean asumidos por el sector público, y estas garantías se conceden a empresas partidarias a puerta cerra­da.

Con el modelo de APP, los recursos se transfieren del bolsillo de los ciuda­danos al capital.

Existen muchos problemas con los hospitales municipales construidos con el modelo de financiación llama­do APP.

Los hospitales públicos se cierran no sólo en Ankara y Estambul, sino en toda Turquía, y los recursos se trans­fieren al capital a través de los hospi­tales municipales.

En este modelo, los contratos se mantienen en secreto y se pagan al­quileres garantizados durante 25 años por los hospitales en divisas cal­culando sobre la base de la inflación.

El Ministerio de Sanidad podría construir el hospital él mismo con el enorme presupuesto que transfiere a las empresas que construyen hospita­les de ciudad.

Por desgracia, bajo este modelo hos­pitales muy importantes de Turquía han sido cerrados, demolidos, reduci­dos o convertidos en policlínicas.

En este sistema, se cerraron hos­pitales de fácil acceso situados en el centro de la ciudad, lo que dificultó el acceso de los pacientes a los servicios sanitarios.

Durante el periodo de este gobier­no, los hospitales de ciudad y el sis­tema sanitario han sido uno de los temas más destacados y sobre los que se ha hecho más propaganda.

No obstante, los ciudadanos no pue­den encontrar un médico a quien con­sultar en los hospitales y, por lo tanto, no pueden concertar citas médicas.

Si consiguen una cita, se considera apropiado sólo 5 minutos de tiempo de examen.

Una vez examinados, a veces hay di­ficultades para realizar muchas prue­bas, algunas cirugías tienen que pos­ponerse por falta de equipo médico, o los ciudadanos se ven obligados a re­cibir servicios de hospitales privados.

Las instituciones y los hospitales, que eran el orgullo del país, han sido destruidos.

Los médicos, enfermeros, académi­cos, en definitiva, todos los trabajado­res sanitarios del país se han visto in­capacitados para ejercer su profesión debido a la privatización.

Los médicos y los trabajadores sani­tarios buscan refugio en el extranjero por las políticas que no impiden la vio­lencia a la que se enfrentan y porque su profesión está degradada.

Con la extensión de las prácticas de privatización, se pide a menos traba­jadores sanitarios que hagan más tra­bajo, se amplían las horas de trabajo y se imponen condiciones laborales precarias.

El sistema llamado de asociación entre el sector público y el privado es un sistema de robo total.

Se están transfiriendo recursos pú­blicos a empresas partidistas y el Esta­do está sufriendo pérdidas.

El sistema de salud es uno de los temas más propagandizados por el gobierno.

¡Identificamos la raíz de los proble­mas actuales como la comercializa­ción de la salud por parte del poder político y su enfoque mercantilista de la salud!

  • No tiene ninguna lógica defen­der un sistema en el que la salud se ha convertido en un objeto de consumo y no en un derecho, en el que cada vez es más difícil re­cibir prestaciones sanitarias de los servicios públicos, en el que los pacientes no pueden conse­guir cita y esperan meses o lle­nan las salas de urgencias.
  • Un sistema donde todos los profesionales sanitarios lu­chan con innumerables proble­mas, desde la educación hasta las condiciones laborales y los derechos personales, no se co­rregirá con la privatización, sino con un sistema sanitario público.
  • Se debe renunciar al modelo de hospitales urbanos, que es la nueva forma de privatización de la sanidad en nuestro país; se debe implantar un sistema hos­pitalario basado en la satisfac­ción de las necesidades sanita­rias de la sociedad mediante el uso de recursos públicos, en el que los servicios de tratamiento se puedan prestar de forma efi­caz y holística.

Nosotros, como Genel Sağlık-İş, de­claramos una vez más que el futuro del sistema sanitario del país no pue­de estar determinado por la privatiza­ción y los hospitales municipales.

Reiteramos nuestra exigencia de que se reintroduzcan las políticas sa­nitarias NACIONALES, PÚBLICAS y ORIENTADAS AL PUEBLO iniciadas por nuestro Gran Líder Mustafa Ke­mal Atatürk, tal y como se hizo hace cien años, y que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de unos servicios sanitarios iguales, accesibles, cualifi­cados y gratuitos.